jueves, 30 de enero de 2014

De Pedro J. y su ex-periódico

Todo el que esté más o menos al tanto de los vaivenes de los medios de comunicación, sabrá que ayer Pedro J. Ramírez fue destituído como director del diario El Mundo. Federico Jiménez Losantos culpa al Rey, al Gobierno y a la Oposición. César Vidal culpa a la mala situación económica por la que pasa el periódico desde hace algún tiempo.

Resulta que una persona muy querida para mí, y cuya opinión me merece siempre el mayor de los respetos, hará un par de años hizo el Máster de Periodismo impartido por El Mundo, y aún estuvo un tiempo trabajando allí después de aquello, así que decidí preguntarle. He aquí nuestra breve conversación:

   

Ahora cada uno que saque sus propias conclusiones... de Pedro J. y de su ex-periódico.

miércoles, 29 de enero de 2014

C'mon now, let me hear you!

¡Hola hola hola a todos! Ayer se cumplieron 29 años de la grabación de la que, probablemente, es una de las mejores canciones de todos los tiempos. Desde luego, está en mi top 5. Incluso diría que en mi top 3. Estoy hablando, por supuesto, de "We are the world".

La historia es conocida por todos los que ya no cumplimos los 30, y seguramente por alguno más. Para los que no: el conocido como "rey del calypso", Harry Bellafonte, tuvo la idea de reunir a los artistas más famosos de la industria musical del momento y grabar una canción, cuyos beneficios se donarían a la organización United Support of Artists for Africa (USA for Africa) con el fin de paliar los efectos de la hambruna sufrida por Etiopía a mediados de los 80. La canción, compuesta por Michael Jackson y Lionel Richie, se grabaría el 28 de Enero de 1985, y obtendría un éxito sin precedentes.

Ahora es el momento de que os toméis un momento para escuchar y recordar a los pedazo de artistas que formaron parte de este proyecto (identificados en el vídeo):


Aparte de los ya mencionados, encontramos a figuras de la talla de Steve Wonder, Tina Turner, Kenny Rogers, Diana Ross, Bruce Springsteen, Bob Dylan, Cindy Lauper, Paul Simon y muchísimos muchísimos más. Aunque después de 29 años escuchando la canción, a mí se me sigue poniendo la piel de gallina cuando oigo a Ray Charles y su c'mon now, let me hear you!!!

domingo, 26 de enero de 2014

La sangre es la vida

¡Feliz mañana de Domingo a todos! Ya os dije en mi última entrada que pensaba dejar para otro día de la semana mi post seriófilo, y es que no todo se reserva para las tardes dominicales en los EEUU. De vez en cuando también se deja correr algo de sangre los Viernes, y en el caso de "Drácula", sangre de verdad.


(Foto: NBC)

Veréis, cuando supe que la NBC iba a hacer una adaptación del clásico de Bram Stoker, no supe muy bien qué pensar. Después de la sobredosis de pasteleo de que hemos sido víctimas durante años por cortesía de ciertos vampiros de instituto y demás sucedáneos, pensé que quizá algo que volviera a la esencia original me ayudaría a recordar el por qué de mi fascinación por estas criaturas de la noche. Claro que no apostaba mucho por ello. Y entonces llega la NBC y dice que la nueva serie estará protagonizada por Jonathan Rhys-Meyers, del que me quedé enganchada en la serie "Los Tudor" y me terminó de encandilar en "Match Point" (2005). Vamos, que no necesitaron decirme más.

Dicho esto: la serie presenta algunos cambios en la concepción base del mito de Vlad Tepes. La Orden del Dragón, los personajes de Jonathan, Mina y el profesor Van Helsing, e incluso los de Renfield y Lucy, todos sufren modificaciones, en algunos casos sutiles, y en otros totalmente radicales. Habrá a quien no le gusten esos cambios, pero a mí me parecen realmente acertados. Y digo acertados porque, en mi opinión, no es fácil adaptar una historia tan sobradamente adaptada como la de Drácula, y creo que son precísamente esos cambios los que hacen de esta nueva versión un producto tremendamente bueno. Y magnético.

El Viernes finalizó la 1ª temporada. Finalizar no es igual a concluir, los productores decidirán. De momento, yo me quedo con ganas de más. Citando a un inolvidable Gary Oldman en la versión de Coppola (1992): la sangre es la vida.

lunes, 20 de enero de 2014

El Conde de Montecristo. Venganza, justicia, honor

Heme aquí que he sobrevivido a una semana de mucho trabajo y un fin de semana en el que gran parte de mi dignidad se quedó en las pistas de ski de los Alpes austríacos. Dicho esto, ya sabéis que por tradición, mi post de los Lunes es de carácter seriófilo, pero mirad vosotros por donde... que esta semana voy a hacer un pequeño cambio. Que los Jueves y Viernes también hay series. Aunque anoche se emitió un nuevo episodio de “Revenge” (“Venganza”), una de las que sigo con preocupante adicción, y cuya trama, como puede que alguno sepa, está basada en la que para mí es la mejor obra literaria jamás escrita. Una de los mejores, dirán algunos. Para mí, la mejor.

Hablemos de la Francia de principios del s. XIX. Hablemos de Edmund Dantès, un joven soldado que regresa a Marsella lleno de ilusión ante su próximo ascenso y su inmediata boda con la mujer de su vida. Hablemos de cómo, víctima de una conspiración causada por las envidias y malas intenciones de los que él cree sus amigos, termina encerrado en una prisión. Hablemos de cómo pasan los años y Edmund, tras lograr escapar, regresa a Marsella bajo una nueva identidad con el propósito de vengarse de aquellos que le arruinaron la vida.

Hablemos... del Conde de Montecristo.

Escrita por Alexandre Dumas padre, esta es una novela de aventuras sobresaliente en muchos aspectos. Es una historia de venganza, sí, pero también de justicia, de honor, de piedad, de amor. Nada de lo que pueda yo decir aquí se acercará siquiera un poco a lo que significó para mí leer una obra a menudo incluida entre las mejores de de todos los tiempos. La influencia posterior a su publicación es enorme: novelas, cine, televisión...

Creedme: si no la habéis leído, os estáis perdiendo algo excepcional. Haceos un favor a vosotros mismos y comprad un ejemplar. Una vez empecéis a leer, ya no podréis dejarlo. Palabra.

lunes, 13 de enero de 2014

Shhh... Sherlock

¡Feliz Año Nuevo a todo el mundo, amigüitos y amigüitas! Tras una ausencia prosaica más larga de lo que inicialmente me propuse al comenzar este blog, he vuelto. Y sin más preámbulos, voy a lo que me ha recordado una amiga hoy: es Lunes, ergo... tarde de series. Aquellos que conocen mis gustos seriófilos y los comparten no se extrañarán de mi elección de hoy, porque resulta del todo...

... elemental.


(Foto: BBC)

Hablar de “Sherlock” es hablar de calidad. Una serie producida por la BBC que consta de tres episodios por temporada, y que ayer culminó la tercera con el capítulo que me dispongo a ver en estos momentos. Creedme cuando os digo que ésta no es una versión más de la obra de Sir Arthur Conan Doyle, y que a pesar de haber trasladado las tramas del Londres victoriano al momento presente, sólo podría calificar la adaptación como sobresaliente, como sobresalientes son las interpretaciones de sus protagonistas: Benedict Cumberbatch en el papel de Sherlock, Martin Freeman en el de Watson, Andrew Scott como el archi-villano Moriarty y mi pequeña debilidad… Mark Gatiss, interpretando a Mycroft, el desquiciante hermano de Sherlock.

¿Es necesario haber leído la obra de Sir Conan Doyle para apreciar "Sherlock" en toda su magnitud? Sí y no. La serie es realmente buena por sí misma, pero haber leído alguna de las aventuras que forman el llamado canon holmesiano es lo que me lleva inequívocamente a calificarla de sobresaliente. Hay una diferencia entre copiar y adaptar, entre cambiar e incorporar, entre, a fin de cuentas, versionar y sorprender. Y a mí esta serie no deja de sorprenderme por su ingenio. Por cierto, que ya se ha anunciado una cuarta temporada. Lo cual, en vista de la acogida mostrada por la audiencia, resulta del todo...

... elemental.