Estoy estresada. Tal ha sido la carga de trabajo hoy que mi jefe se ha visto obligado a decirme que o me iba, o me sacaban a rastras entre los pocos que aún quedaban allí. Y al llegar a casa, me he acordado de que los Lunes pasaba algo... ¿qué era? Ah sí: ¡tarde de series! Y como estoy un poco mal de lo mío, el post seriófilo de la semana se lo voy a dedicar a una serie cuyos protagonistas vienen muy al caso de lo que estamos hablando.
Me refiero, claro está, a "Anger Management", de la FX, protagonizada por Charlie Sheen, basada en "Ejecutivo agresivo" (2003) (sí, la de Jack Nicholson). Veamos: tenemos un grupo de terapia de control de la ira, dirigida por un psicoterapeuta que está considerablemente más desequilibrado que los pacientes a los que trata de ayudar. A saber: un viejo cascarrabias racista y homófobo, un diseñador gay que sufre de egocentrismo en grado supino, la versión hindú del híbrido entre Paris Hilton y la señora de Charles Manson, y por último, un pagafantas tonto'laba enamorado de la anterior. El psicoterapeuta: un antiguo jugador de beibol que tuvo que retirarse por lesión, la cual se provocó a sí mismo al golpearse repetidamente la rodilla con el bate tras fallar una jugada. En la vida de Charlie (sí, su personaje se llama como él) reina el caos, provocado en parte por su ex-mujer y su padre, llamado Martin y que (sí, lo habéis adivinado) interpreta un genial Martin Sheen.
Todo un reparto de lujo para el que quiera echarse unas risas con una serie por la que muchos no daban un duro al principio. Ni siquiera la propia productora, con quien Charlie hizo la arriesgada apuesta de cobrar su sueldo sólo si conseguía grabar el episodio nº 100. De lograrlo, podría llegar a embolsarse ¡200 millones de dólares!, ese fue el trato. Dicen que para Octubre de este año lo consigue.
Así que lo mejor será que haga por desestresarme. La terapia de Charlie, por prescripción médica.
Me refiero, claro está, a "Anger Management", de la FX, protagonizada por Charlie Sheen, basada en "Ejecutivo agresivo" (2003) (sí, la de Jack Nicholson). Veamos: tenemos un grupo de terapia de control de la ira, dirigida por un psicoterapeuta que está considerablemente más desequilibrado que los pacientes a los que trata de ayudar. A saber: un viejo cascarrabias racista y homófobo, un diseñador gay que sufre de egocentrismo en grado supino, la versión hindú del híbrido entre Paris Hilton y la señora de Charles Manson, y por último, un pagafantas tonto'laba enamorado de la anterior. El psicoterapeuta: un antiguo jugador de beibol que tuvo que retirarse por lesión, la cual se provocó a sí mismo al golpearse repetidamente la rodilla con el bate tras fallar una jugada. En la vida de Charlie (sí, su personaje se llama como él) reina el caos, provocado en parte por su ex-mujer y su padre, llamado Martin y que (sí, lo habéis adivinado) interpreta un genial Martin Sheen.
Todo un reparto de lujo para el que quiera echarse unas risas con una serie por la que muchos no daban un duro al principio. Ni siquiera la propia productora, con quien Charlie hizo la arriesgada apuesta de cobrar su sueldo sólo si conseguía grabar el episodio nº 100. De lograrlo, podría llegar a embolsarse ¡200 millones de dólares!, ese fue el trato. Dicen que para Octubre de este año lo consigue.
Así que lo mejor será que haga por desestresarme. La terapia de Charlie, por prescripción médica.
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