¿Os imagináis que hubiera un país donde se pudiese llevar ante los tribunales a un político por corrupción? ¿Os imagináis que a un mandatario se le suprimiera la inmunidad y se abriese un proceso en su contra? ¿Os imagináis que un presidente se viera obligado a dimitir por un presunto tráfico de influencias?
Pues que nadie se caiga de la silla: eso es posible. Hay países donde ocurre. Hoy ha comenzado en Hannover el juicio contra el ex-presidente alemán, Christian Wulff, que se vio obligado a dimitir de su cargo ante las acusaciones de cohecho vertidas en su contra. ¿Razón? 719,40 €. En 2008, cuando el Sr. Wulff era ministro-presidente de Baja Sajonia, fue invitado junto a su mujer a la Oktoberfest por el productor de cine David Groenewold, quien se hizo cargo de la factura, y, dicen, obtuvo a cambio ciertos privilegios en la producción de una de sus películas. Más detalles, aquí.
Que cosas, oigan...
Christian Wulff (Foto: AFP)
Pues que nadie se caiga de la silla: eso es posible. Hay países donde ocurre. Hoy ha comenzado en Hannover el juicio contra el ex-presidente alemán, Christian Wulff, que se vio obligado a dimitir de su cargo ante las acusaciones de cohecho vertidas en su contra. ¿Razón? 719,40 €. En 2008, cuando el Sr. Wulff era ministro-presidente de Baja Sajonia, fue invitado junto a su mujer a la Oktoberfest por el productor de cine David Groenewold, quien se hizo cargo de la factura, y, dicen, obtuvo a cambio ciertos privilegios en la producción de una de sus películas. Más detalles, aquí.
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